miércoles, 26 de noviembre de 2008

GEOLOGÍA: GREATEST HITS

En mi experiencia "vidil", es decir, las cosas que he ido haciendo por esta vida, no puedo olvidar aquel año en que estuve matriculado en una carrera harto interesante y de cierta dificultad (en especial las matemáticas, como en casi todas las carreras): geología. Véase que escribo "estuve matriculado" y no "que estudié", por hacer honor a la verdad. Fue un año fantástico, justo antes de mi periplo castrense, que también tuvo su aquel, pero que no viene al caso salvo para indicar que durante ese tiempo TAMBIÉN me pasé por esa facultad. Aún recuerdo a la gente de esa época, la misma que conocí a Lileth. Pero existen anécdotas difíciles de borrar de mi memoria bastante nula.

Imaginaos un edificio, más bien vejete, con pinta de cortijo, en un área partada de un pueblo de Huelva, cerca de la Rábida. Allí estaba ubicada la Facultad de Ciencias Experimentales, entre ellas, geología, de las que relato ciertas anécdotas y recuerdos.

Como aquella vez que, tratando de escapar de cierta persona, que me quería devolver 5 duretes de una caja de cerillas, tropecé con una señal de tráfico y caí todo lo largo que era yo... de boca... en la carretera... justo delante de un autobús, que evidentemente frenó a tiempo. La cara del chófer era un poema... de Quevedo, me atrevería a decir, pues era entre "están idiotizados" y "no me lo pueo creer". Estuvo allí parado un rato, ya que aquí el que suscribe, no podía levantarse. No me hice daño, pero la risa me aflojó toda musculatura que no sirviera para el movimiento espasmódico de la misma, igual que nadie podía acudir en mi ayuda, no por negar el derecho de auxilio, sino por estar en la misma tesitura que yo.

También recuerdo ese chiste que una chica afirmó rotundamente que "no se reiría", y justo en mitad del mismo le entró la risa floja. Debo decir en su defensa que era uno de esos chistes que requieren preparación y cierta interpretación, como otros tantos que están en mi obsoleto e irrisorio repertorio. No se esperaba la pobre tan "inusual" puesta en escena.

S, B, T, MM, MJ, MA, L, R, O... y tantos otros a los que les di la lata. Como aquella vez que en mitad de una clase de ¿sedimentos era?... el caso es que la profe era la de más mala leche de la facultad... pues se me ocurre entrar por la ventana, saltar por encima de las mesas, rodando, hasta sentarme al lado de S. Decirle a la profe que no se preocupara por mí, que ella a lo suyo, y gritarle a S y allegados que les esperaba en la cata (antes se estilaba hacer muchas de estas cosas, especialemnte en Geo). Despedirme, y saltar cual paraca otra vez por la ventana, dejando de color rojo y con la cabeza gacha en plan "tierra trágame" a mis compis. Supe después que la profe preguntó si me conocían, y si me encontraba bien, a lo que todos al unísono respondieron que "no". Se jugaban el aprobado.

Lo mejor era esa fiesta de San Alberto, patrón de geología (que bien podría haber sido por aquellas fechas el mismísimo Baco) que hacíamos correr el alcohol (bueno, sí.... y refrescos, y zumos y agua... que no todos eramos unos alcohólicos anónimos... nos conocíamos todos) y las viandas barbacorenses a raudales, en medio de una festividad y compañerismo raramente igualable... auqnue lo mejor eran los cotilleos de después.

En fin... buenos tiempos aquellos, en que fabriqué con dos sillas un tacatá y me pasée así por todos los pasillos del edificio, los pequeños hurtos de L, que se quedaba las piedras radioactivas y luego saltaban los contadores esos a su paso, las fiambreras con la comida casera y las albóndigas con la salsa hecha gelatina, las tardes con el PC Fútbol, los episodios del Goku en mitad del pasillo, las reacciones químicas en los cuartos de baño cuando las limpiadoras echaban lejía, previa introducción por parte (otra vez) de L de agua fuerte en el agua del vater...

Como veis, cuando hablamos de delincuentes en las aulas y que qué mal educados están los niños de hoy en día... pues... bueno... creo que los tiempos no han cambiado tanto. Aunque no llegamos a los extremos de lo que le ocurre a Pando, la pobre, que la llevo en el alma.

2 comentarios:

Akliman dijo...

Recuerdos nostalgicos de una época pasada, eramos más jovenes, más inexpertos, y sí, por que no decirlo, más hijos de puta.

Aun recuerdo la cara de Jacinto intentando explicarme a mí, daltonico, lo que son los rojos de primer y segundo orden, y los tonos pastel....

Lileth dijo...

Pues yo me acuerdo de estar diciéndole a jacinto que no eran grises de primer orden, sino pasteles... ¡Tonalidades a mí!