sábado, 15 de noviembre de 2008

CRÓNICAS DE MI BARRIO

Lileth, una noche, me dijo que mi barrio (y por ende mi vecindad) merecían un blog. Tanto como eso, no voy a hacerlo, pero así fue como surgió la idea de la serie, cual Beriain, de relatar y dar a conocer al mundo cómo es mi barrio y sus gentes. Pero para empezar se hace necesario una somera descripción del lugar.

Este barrio, no tan pintoresco por sus construcciones no muy elevadas como por el personal que las habita, está dentro de un portal cuántico de Huelva, que impide que el tiempo pase por él y nos trasada a la España rural y profunda. Estamos, en plena ciudad y siglo XXI, en un pueblo de mediados del XX... tal vez incluso antes.

Aquí el deporte nacional es el cotilleo. A veces, incluso con lluvia, ves a la gente con las persianas levantadas y mirando tras los cristales, semiocultas en la penumbra de sus oscuras habitaciones. Ni que decir tiene, en veranito se siguen sacando las sillas de playa a la puerta del portal y, en petit comité, se critica a todo ser vivo (o no) que entre dentro del radio de acción de sus radares celulares, algo que tienen muy desarrollado por estos lares.

Aquí todo el mundo sabe de todo el mundo. El máximo exponente del cotilleo (si no hubiera que pagar, podría jurar que saldría en el Guiness) es una de mis vecinas del portal, la "señora" T. Según comentan las malas lenguas (todas en mi barrio), una de las esculturas que se hicieron para el ¿museo? al aire libre de Huelva es una representación suya (una mujer apoyada en el marco de una ventana... aunque pienso que lo comentan por envidia, porque es la mejor cotilla de todo el vecindario. Cómo lamento no tener una foto).

Los señores, que en este sitio son los que normalmente han trabajado, presumen de lo difícil que fueron sus tiempos, y de lo trabajadores que han sido, y de lo vaga que es la juventud. Son las mismas personas que, engañando en su mayoría a la inspección médica, o porque tenían conocidos en la misma, se prejubilaron con 50 años y le sacaron una pasta a la empresa en la que trabajaban, la mayoría del polo químico onubense, con el pretexto de que estaban hasta las narices, y que ya habían cumplido con la sociedad en esta vida. Ahora, pueden ir por la calle con andares de gallo de corral, presumiendo de lo machotes que son, e increpando al gobierno porque no saben cómo van a pagar las pensiones, con los parados que hay y la gente joven vaga que no llena las arcas del Estado... qué rápido olvidan esos 15 años suyos sin cotizar.

Bueno... he aquí una pequeña introducción... pronto iré desgranando la fauna que pulula por las calles de esta vuestra comunidad. Primero, voy a aprender algo de los National Geographic, que hacen unos reportajes estupendos.

Llegarán nuevas desde la "Barriada", que es como se la conoce autóctonamente.

4 comentarios:

Álex Sanmartín dijo...

Prefieron tener mil veces vecinos cotillas a tener alguno guarro y que se dedica a fornicar en el rellano (verídico). Si te molestan tus vecinas te las cambio por las mías; dime cuándo que cuelgo el anuncio en eBay.

Saludos casposos.

Señor X dijo...

¿Y te han tirado alguna vez preservativos usados a tu patio? Ser cotilla y guarro no está reñido.

¿Publicamos, pues, el anuncio?

Saludos

El Maestro de Esgrima dijo...

Ostias! Pero que clase de peña tenéis por vecinos... admitimos cocteles molotov -y kale borroka- como fuegos artificales contra ellos?

Ya diréis.

Señor X dijo...

Los admitimos, los admitimos, maestro de esgrima...