miércoles, 13 de febrero de 2008

LA NUEVA BOMBA

Pues ya tenemos bomba nueva.

Pesa menos de la mitad que la anterior, y es más potente. Eso sí, como todo en esta vida, los materiales no son los mismos. Dudo que esta dure otros 25 años con la salud de la anterior.

De todas formas, es de agradecer esa reducción de peso, pues no supuso problema alguno introducirla, aunque como dije en la anterior entrada, es más fácil bajar que subir.

Se cierra así un episodio más en la vida campestre de un servidor.

Como anécdota interesante debo hablar mi MADRE. Y lo pongo así, MADRE, porque no es que sea cierto ese dicho que reza "madre no hay más que una", sino que la mía, además, es de esas madres muy madres, a veces incluso con hijos ajenos.

Después de repetir 5 veces la palabra "madre" (ahora 6), contaré que las dotes culinarias de ésta (sobre todo su famosa tortilla de patatas) son excepcionales... así como sus raciones (y el tamaño de su famosa tortilla de patatas).

Cerca de mi parcelilla campestre hay ganaderías. Mi señora madre ("ma" para abreviar) hizo un comentario sobre lo "chulo" que sería tener un ternero, alguna vaca....

Mis tíos, que nos acompañaron en la instalación de la nueva bomba, quedáronse a comer. Entendimos que lo de la ternera debía ser algo más que un anhelo, pues los trozos de esa carne que incluyó en el puchero se podrían calificar de "magistrales". Digamos que lo de mi "ma" es a ración normal, lo que bloque de pirámide egipcia es a ladrillo de obra.

Y es que mi "ma" si ve que comes normal te pregunta si estás malo... si comes poco, te lleva directamente a urgencias.

Peso 104 kilos. Ahora estoy a dieta. Tortilla de patatas, te echo de menos.

1 comentario:

Lileth dijo...

Yo también la echo de menos.

Mucho.

Muchísimo.