miércoles, 5 de mayo de 2010

DE COMO NO VIOLAR EL SECRETO PROFESIONAL

Ya comentó Lileth, que he iniciado un periplo por la serranía de Huelva, con el patrocinio del Servicio Andaluz de Salud, y que dura este mesecillo (menos d auna piedra, que dicen).

Aparte de lo hermosa tierra que es, parajes incomparables y bosques (sí, señoras y señores, bosques AUTÉNTICOS) que hacen que puedas imaginar esa España que antaño decían podía recorrer una ardilla de punta a punta sin bajarse de las ramas de los árboles. Siempre he pensado en lo que tuvo que correr esa ardilla en su tiempo... y me voy del hilo, como de costumbre.... decía que aparte de lo hermosa que es, puedo decir que sus gentes son también de lo más hermoso en sus formas, tratos y costumbres, entre ellas las de envejecer con una salud envidiable.

Lamento no ser un gran posteador, pero hoy he tenido una consulta de lo más surrealista en un pueblecito de no más de 200 habitantes, y que no puedo resistirme a contar lo difícil que es en ciertas circunstancias mantener aquello que la ley obliga. Y en el caso de los profesionales sanitarios, todos tenemos una obligación muy particular y es la de no revelar dato alguno de la persona que solicita nuestros servicios.

Dicen los ancianos que "para muestra, un botón", y he aquí uno muy característico. Intento reproducir la conversación con doña E., una señora de 80 años muyyyyy largos.

YO- Buenos días señora. Pase y siéntese.

E.- ¿QUÉ DICEEE?

-Que pase y que se siente, si está usted más cómoda

- ¡AY! MIRE USTED... ES QUE SOY SORDITA Y TIENE QUE GRITARME UN POCO, PORQUE ES QUE SI NO NO LE OIGO.

-PASE Y SIENTESE, SEÑORA

- MUCHAS GRACIAS, JOVEN

(la señora pasa, muy sonriente, pero no se sienta... se queda de pie)

- ¿A QUÉ VENÍA?

- ¿MANDE?

- ¿QUE A QUÉ VENÍA?

- ¡AH! ES QUE LA MÉDICA ME MANDÓ UNAS MIDICINAS Y YO, COMO NO SÉ PA QUÉ SON, PUES NO ME LAS TOMO. Y SE LAS HE TRAIDO POR SI A ALGUIEN LES HICIESE FALTA, COMO A NICASIO, O PASCASIO... NO SÉ QUÉ... QUE VINO DEL HOSPITAL Y LE DIJERON QUE SE TENÍA QUE TOMAR DE POR VIDA UNAS PASTILLAS QUE YO TENÍA EN CASA Y SE LAS DI.

- Pero señora, si se las recetó su médico, será porque le hace falta ¿no?

-¿QUÉ ICEEEEE?

- QUE SI SE LAS RECETÓ EL MÉDICO SERÁ QUE LE HACEN FALTA


- ES QUE YO QUIERO UNA PASTILLA PA CURARME... QUE NO TENGA CONTRAINDICACIÓN NINGUNA, PORQUE SI PA QUITARME UNA COSA ME ESTROPEAN 5, ¡PUES VAYA APAÑO!

- ABUELA, QUE ES QUE TIENE LA TENSIÓN ALTA Y LE HACE FALTA, SI NO SE LE FASTIDIA EL CORAZÓN

- ¿MI PENSIÓN ALTA? ¡QUE VA! SI APENAS COBRO NA!!! LAS APSTILLAS ES QUE SON DE BALDE

- NO SEÑORA, NO... LA PENSIÓN NO.. LA TENSIÓN, LA TENSIÓN.

- LA TENSIÓN NO SÉ COMO ANDARÁ, PORQUE NO ME LA TOMO HACE TIEMPO, NO SEA QUE EL MÉDICO ME LA VUELVA A VER ALTA, Y ME MANDE PASTILLAS.

- QUE YA LAS TIENE... SON ESTAS.


- AH! PERO NO ME LAS TOMO.

- PERO DEBE TOMARLAS PARA NO DAÑAR EL CORAZÓN

- SI, SI... PONE ALGO DEL CORAZÓN, Y YO NO QUIERO QUE UNAS PASTILLAS ME ESTROPEEN EL CORAZÓN, QUE ME HACE FALTA...

....

El médico, después de aproximadamente media hora de conversación, me llama y dice:

- Pásala a mi consulta, que yo la conozco...

La conversación con el buen doctor continuó, a gritos por supuesto. Yo me tomé la tensión... la tenía alta... dudé de tomar las pastillas que la señora dejó en la consulta.

1 comentario:

MediaBaldosa dijo...

Ayyy, si no fuera por las pastillas de "pirina" no sé qué haría.
Jeje, es que me ha venido a la mente esta frase de la película "Una Jaula de Grillos".