Tengo un amigo con su correspondiente blog (http://aklimans.blogspot.com/) que de vez en cuando me saca unos "parecidos razonables" que dejan huella: desde comparar la sonrisa de Raphael el cantante con la del burro de Shrek, hasta una foto suya con sus amigos con una de "El resplandor", la película.
Esto a veces te da qué pensar y buscando en el baúl de los recuerdos, siempre con el permiso de Carina, me he encontrado con una "paradoja razonable". Intentaré explicarme mejor. A veces es inevitable comparar dos cosas distintas y hacer una semejanza (la Gestalt dice algo al respecto, seguro)... pero... ¿y cuando comparas dos cosas en teoría iguales y te resulta COMPLICADO encontrar en qué se parecen? Eso ocurre con las series "de médicos" y que encima están "basadas en la realidad". Y si ya comparamos a los señores de EEUU con la sanidad real española, ni te cuento. Pongamos ejemplos.
En la serie "Urgencias", entra alguien empujando velozmente una camilla por la puerta, vestido con un uniforme oscuro más parecido al de un bombero que a un profesional sanitario de los que conocemos por aquí (estas señoras y señores uniformados de esta guisa por aquellas tierras son llamados "paramédicos") y gritando algo así como "varón de raza blanca 26 años encontrado en la calle con pérdida de conocimiento tesión de 12-6...". Todo esto sin signos de puntuación y en plan anuncio de "micromachines".
Aún no ha terminado de hablar y hay un médico del hospital con pinta de modelo de Emidio Tucci (si no preguntádselo a Jorgito Clooney) al lado del enfermo y, tras un rápido vistazo al careto del infeliz encamillado, suelta el diagnóstico: "tiene un síndrome extrapiramidal generalizado cuando el folículo aún no ha cicatrizado" (o algo así igual de rimbombante). Todo ello ocurre mientras va dando órdenes cuasimilitares como "llevadlo a la sala 2 ¡rápido!" y un enfermero por detrás ya está cargando una jeringuilla con algo mientras el enfermo es dirigido inmediatamente a la ya famosa "sala 2", más parecido a un quirófano que a una sala de urgencias.
Aún me estoy preguntando yo por lo del uniforme del paramédico (siempre mujer, negro o hispano) cuando, sin saber cómo, en la "sala 2" hay un equipo humano quirúrgico entero, desplegando JUSTO el material necesario para la intervención. Por supuesto, el chaval se "para", es decir, aparece en el aparatiro que hace "pin-pin-pin" un pitido continuo y una raya verde plana (señal inequívoca de que su corazón se ha detenido, o sea, que se muere... aunque no comprueban si en el arrechucho se ha soltado un cable...). Aún no ha pedido el médico las palas del desfibrilador (esas cosas que les ponen en el pecho y les pega al señor que se muere felizmente en la camilla un calambrazo que lo deja tieso), cuando alguien ya se las ha acercado. Dos meneos cardíacos (me niego a llamarlo masaje) y dos chispazos después, dicen "déjalo... se ha ido" y ante la rabia del médico que grita "NO!!!! AUN ES JOVEN", le sigue meneando cardíacamente hasta que el aparato, en un volumen feliz y jovial, vuelve a hacer "pin", y todos se dan palmaditas y se felicitan mutuamente.
Fuera, se le informa a la familia: "se pondrá bien".
Si tenéis curiosidad, observad el reloj. Esta escena, en teoría en tiempo real, no ha durado más de 5 minutos.
Volvamos al mundo real, España, Servicio Andaluz de Salud.
Llega la ambulancia. Todo los porfesionales, con la oreja bien agudizada, la escucha llegar.
- "Vaya tela. Otro. A ver cuando nos dejan descansar". Mientras, continúan contándose lo que la vecina, Conchi, le dijo a su hijo para que su padre se pusiera contento con las notas, porque es un chico muy inteligente y bueno, aunque a veces se le cruzan los cables, y claro, le pega a su compañero, quema al gato, rompe la vajilla, amenaza a la abuela.... cosas de chavales.
Entra un señor con pérdida de conciencia. Ahora se encuentra bien. Mientras el administrativo toma los datos, se valora a la persona. Y se le pregunta al acompañante
- ¿y que le pasa?
- que se ha caido en la calle.
- pero... se ha mareado y se ha caido... o se ha tropezado.
- Pues no se... yo lo encontré así. Eso sí. tenía el azúcar baja, y le hemos puesto X (por abreviar).
- Ajá. ¿Y cuanto tiene ahora?
-Pues no se.
-MANOLIIIIIIIIIII... AVISA AL MÉDICO, QUE ESTÁ COMIENDO.
Manoli, que está en la otra punta del hospital, contesta.
- VOOOOOOOOOOYYYYY.
y empieza todo...
Llega el médico, aún masticando, y suelta:
- A ver... hazme un completo. Y le coges un suero y le pones un "tal" y un "cual"
La gente lo mira mal, pero lo que quiere decir el hombre es que se le haga un análisis de sangre completito, con su azúcar, sus plaquetas... vamos... todos los perejiles. Y se le pone el famoso "goteo".
La familia, preocupada, le pregunta al médico "¿qué le pasa doctor?". El médico, muy digno, se encoge de hombros y dice la verdad: "no lo se todavía".
La familia indignada, se enfada "¿cómo que no lo sabe? ¡pues vaya! ¡Usted es el médico! que no lo sepa yo, que no tengo estudios, pues bueno... pero un médico... ains, ains... cómo está la sanidad española".
Después de esperar no menos de 2 horas a que lleguen los análisis, la familia desespera. Y monta en cólera "Esto es intolerable". Normalmente no dicen palabras polisílabas, y sí muchas terminadas en "...ón"... pero bueno... dejémoslo así, que es más fino.
Se avisa a la fmailia, que pase a consulta. Una vez frente al médico, no hay problemas, todo son bonanzas. "señora, los análisis y las pruebas de su marido están bien. Posiblemente sólo sea una simple bajada de tensión. Como perdió el conocimiento, lo dejaremos 24 horas en observación, y si todo va bien le daremos el alta".
Pasa el hombre a observación. La familia muy contenta, a veces parece que más porque lo ingresan un rato que porque no le pase nada importante... porque cuando le dan el alta, suelen aparecer frases del tipo "pues como le vuelva a pasar en casa, le denuncio". Y es que en la medicina española, la gente SABE que en las Facultades y Escuelas nos dan a los sanitarios clases de PRECOGNICIÓN, sobre todo desde la publicación de Harry Potter.
Mientras, la sufrida persona, más conocida por "paciente con (léase la enfermedad que sea)" lleva no menos de 5 horas aguantando en una camilla dura como una piedra las idas y venidas de gentes con batas blancas, mirando sus intimidades como el que mira el escaparate de la tienda de la esquina, y soportando los gritos de los familiares y sus "sugerencias" de "quéjate ahora, jolín, o no te echan cuenta" y cosas por el estilo. Sí... no es extraño que se le llamen "pacientes".
En fin... Creo que se deberían hacer entregas de esto, pues este batiburrillo no se entiende bien. Para conocer un poco la realidad, hay que ponerse del lado del "paciente" y también del lado del sanitario. Se verán por separado en próximos episodios, además de un especial "comparativa sexual de Anatomía de Grey", o de "cómo ligar con el chico/a de tus sueños con penetrante olor a vómito".
Saludos, y no enferméis...
viernes, 28 de diciembre de 2007
viernes, 21 de diciembre de 2007
THEME HOSPITAL
Hace tiempo que no escribo, entre otras cosas porque no había tema que me mereciese tal atención como el que sigue.
Actualmente trabajo en un centro sanitario, cuyo nombre no voy a decir, en un servicio de urgencias. Es innegable que la gente se pone enferma. Además, con las enfermedades más variopintas, niños incluidos, aleccionado por los padres para enseñarle a la señora doctora lo bien que tose el niño: "a ver, fulanito, tose a esta señora, para que vea cómo toses" (frase verídica).
Lo que resulta extraño es ver cómo la gente se pone de acuerdo para acudir al servicio con los mismos síntomas o patologías (enfermedades para los amigos).
Es por esto que, en ocasiones (bastante frecuentes) aparecen loq ue yo he denominado "días temáticos": Hay días en que la gente acude por problemas de escozor de ojos, otro por una cosa que se llama arritmia auricular, otras por caidas y traumatismos, ayer fue el día de los niños...
Esto hace que me pregunte: "hoy estoy de guardia de noche... ¿sobre qué tema trataremos hoy?". Porque, a veces, más que a unas urgencias, parece que acudo a un simposio sobre determinadas enfermedades... señores de los laboratorios, aprendan, que la ciudadanía lo hace mejor y ellos improvisan.
Actualmente trabajo en un centro sanitario, cuyo nombre no voy a decir, en un servicio de urgencias. Es innegable que la gente se pone enferma. Además, con las enfermedades más variopintas, niños incluidos, aleccionado por los padres para enseñarle a la señora doctora lo bien que tose el niño: "a ver, fulanito, tose a esta señora, para que vea cómo toses" (frase verídica).
Lo que resulta extraño es ver cómo la gente se pone de acuerdo para acudir al servicio con los mismos síntomas o patologías (enfermedades para los amigos).
Es por esto que, en ocasiones (bastante frecuentes) aparecen loq ue yo he denominado "días temáticos": Hay días en que la gente acude por problemas de escozor de ojos, otro por una cosa que se llama arritmia auricular, otras por caidas y traumatismos, ayer fue el día de los niños...
Esto hace que me pregunte: "hoy estoy de guardia de noche... ¿sobre qué tema trataremos hoy?". Porque, a veces, más que a unas urgencias, parece que acudo a un simposio sobre determinadas enfermedades... señores de los laboratorios, aprendan, que la ciudadanía lo hace mejor y ellos improvisan.
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